Ventana

Adriana Bertorelli


Salgo de la ducha. Entro en la penumbra de mi cuarto. Me seco. Me detengo en los senos, en la cintura, en el ombligo. Cuando alzo la vista me percato de algo que me mira desde la ventana de enfrente. Alguien. Miro de reojo. Me encanta sentirme observada. La toalla juega con mi entrepierna. Monto el pié derecho al borde de la silla. Me doy vuelta y me agacho para secarme o pretender que lo hago. Me inclino más para que el intruso me vea aún mejor. Siento una flor roja que me brota desde el centro y me humedece. Dos grandes pétalos que se abren hambrientos. Mi planta carnívora. Vuelvo a mirar y me doy cuenta de que no son dos ojos sino cuatro. Miro de nuevo. Cuatro pequeños ojos. Once, doce años, supongo. Me encanta alimentar sus pequeñas erecciones. Detrás de la persiana entreabierta intuyo un olor a saliva y a tiza, a recreo y a goma de borrar. Me imagino sus manos pequeñas, nerviosísimas procurándose placer. Me asomo por entre mis piernas y me río. Se saben observados por mí mientras me observan. Me lamo los muslos, comiéndome. Prendo una luz lejana. Ahora me ven a contraluz poniéndome unos zapatos negros de tacón altísimo y les bailo. Les doy la espalda y muevo mi cabeza, barriendo el aire con mi cabello mojado. Mis caderas se mueven lentamente y juego a tocarme. Acelero los muslos, las nalgas, las caderas en círculos furiosos. Intuyo sus caritas detrás de la ventana. Imagino qué contarán mañana en el colegio o siquiera, si se atreverán a contarlo. Los deseo aterrados, el corazón que se les sale por la boca, masturbándose torpemente, eyaculando sin control. Manchándose de su propia leche y ensuciando la cortina o la alfombra. Gimiendo en esa pequeña voz aguda que aun no comienza a cambiar. Me abro las nalgas e imagino que miran hacia adentro. Aquí se pueden perder. Aquí entran y no salen jamás. Casi puedo escuchar su respiración, su ruego. Quisiera tragármelos y escupirlos. Quisiera sentir sus manitas tocándome, aterradas. Tontos niños aturdidos. Tanta carne, tanta hembra, demasiado ardor. Oigo la puerta. Mi marido que entra al cuarto. Por qué tardas tanto. Miro a la ventana. Voy, mi amor. Ya voy a estar lista.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

A ti lo que te sale es LOPNA, Bertorelli.

El quinceañero

Anónimo dijo...

Fantasía es fantasía. ¿Él que puso este comentario escribirá? Vale Adriana, me ha parecido muy bien.

Anónimo dijo...

Además de LOPNA, psicoanalista. Qué mal gusto Adriana.

Anónimo dijo...

Que Lopna ni que Lopna, esto no es sino una moraleja: el que se acuesta con muchacho amanece meado.
Pero, te quedo de un cursi, eso de la flor roja. Uy,uy,uy.

Anónimo dijo...

Pues yo también tengo flor roja, y a mi sí me gustó. A mi me pareció un tema valiente y me gustó mucho cómo está escrito. Además creo que es una gran pendejeda pensar que todo lo que alguien escribe es autobiográfico.

Anónimo dijo...

¿VALIENTE? GÚSTO AL FIN Y AL CABO ES GUSTO. ESE TEXTO LO QUE ESTÁ ES BIEN FASTIDIOSON NO INMORAL. ¿POR QUE SERÁ QUE LA GENTE CREE QUE SE SINCEROTE ES SER VALIENTE. LO QUE SE DEBE SI ACASO ES ARRIESGARSE. NO ME PARESE NINGÚN CASO DE LOPNA NI COSAS DE PSICOANALISIS, MAS BIEN DE UBICUIDAD. ESCRIBIR PORNOGRAFÍA ES COSA SOLO DE GENTE GENIAL, SI NO, ES 100% ABURRIMIENTO.
Y QUE LA FLOR ROJA, ¡QUÉ PASTA!

JCZ dijo...

Y yo que pensaba torpe, ingenua y egoístamente en este tema de las MILF, era cosa exclusiva de hombres. Bueno, no solo me gustó el texto, me fascinó... Mis respetos y, con permiso, voy a seguir observando a través de la ventana...

Anónimo dijo...

Lemur, te estas desayunando, o tal vez descubriendo el agus tibia?

Anónimo dijo...

Creo que hay cierto anónimo que está cazando cada comentario de este post para inyectar su envida acérrima. El texto de Adriana no es la ostia, es cierto. Está bien escrito, muestra talento y pertence a una tradición de erotismo literario, y listo, pero al anónimo, que me parece que es otra mujer, se le nota la envidia (no sé si porque Adriana ha sido publicada, o porque Adriana se atreve a escribir firmando con su nombre) a leguas. Anónimo, búsquese una poceta. Es buen lugar para usted, y deje las envidias cochinas. La envidia acelera el corazón, produce infartos, o, en el mejor de los casos adelanta la menopausia, o produce eyaculaciones precoces (El arte de ser envidioso, Bertol Bretch, 1956)

Anónimo dijo...

Y no será mas bien que eres tú la envidiosa (aaaaaa).Si me da la gana de tener lo que sea me la da y ya está. Lo unico es que yo si he leído, visto y vivido pornografía en esta vida, y aqui él único que si se la toma en serio es Zerpa, los demas, incluyendote, están babuceando a lo erótico. Creeen que saber tirar es saber decirlo. De una cosita si puedes estar segura, envidia no es, ni se le acerca.
Lo pornográfico debe ser vulgar, lo erótico debe pasar por un tamiz intelectual, bebesota. Por eso todo esta retahila de artículos lo que da es risa. Si estos comentarios llegan al doble, te aseguro que yo voy a esra allí.

Anónimo dijo...

Te agradecería, si escribes, que pongas un cuentico tuyo acá en los comentarios, como para que estès en igualdad de condiciones. Ahora, por otro lado, también nos agradaría que nos ilustraras sobre la verdadera pornografía y el verdadero erotismo. ¿O será que no quieres revelarnos los secretos de Bataille? Y está bien, no eres envidiosa, eres una "crítica carente", ¿te gusta más?

Anónimo dijo...

Como "crítica carente" (apodo por demás balurdo), te suguiero que desaparezcas de tu vocabulario ese "te agredecería", eso es bastante transnochado, retrógrado y de doñita. Tengo mejores cosas que cuentos porno. ¿Quíen dijo que tener dos, tres, diez o lo que sea libros escritos, era lo máximo y envidiable. Bájate de ese árbol, y comienza a ver al entorno con más sinceridad, claro está si quieres, y si los bigotes te dan para eso.

pd. dices que la autora de esto es valiente por colocar su nombre y apellido, y tú ni siquiera pones el tuyo. Algunas veces eres valiente y otras no. ¡qué cómico! Bueno, cada quien resuelve perder el tiempo a su manera. The end.

Anónimo dijo...

Eres una fiera, grrrrrrrr.

Anónimo dijo...

HAY FANTASÍAS QUE SUELEN HACERSE REALIDAD DOS VECES, NO ES ASI, ADRIANA.

Anónimo dijo...

Este ritmo recuerda la canción de Blades, (el nombre no lo sé), se que termina con: pero huele a mañana, varón...

Anónimo dijo...

qué vergüenza. si fuera mi novia, mi hermana o mi madre quien escribe este texto, me asustaría de estar relacionándome con una especie de ninfómana

Anónimo dijo...

en una página porno gratuita, es allí donde este tipo de literatura merece publicación. histeria y perversión, eso es lo que hay aquí.