MILF: M+I = LF

Enrique Enriquez


La letra M de la palabra MILF es una mujer que muestra un escote. Una mujer como Monica Belluci, o como la Michelle Pfeiffer de Relaciones Peligrosas, o como todas esas mujeres que en el mes de mayo se lavan la cara con agua de lluvia para alejar al bisturí. Esas mujeres que han descubierto que la gravedad puede ser un escultor amable. Una mujer con pechuga sin preservativos ni hormonas que se pavonea frente a la I, que vendría a ser un sujeto esmirriado, un flaquito como Roberto Begnini, o como un Ramón Valdéz veinteañero, un manganzón con cara de ahijado capaz de comer tiza o ponerse supositorios de ajo con tal de no ir a clase, que todavía no sabe que las mujeres son como el vino: todas dan dolor de cabeza. Un firifiri que se queda petrificado y con las manos en los bolsillos, aparentemente intimidado por la pechugonería de esa M tan frontal, con su escote profundo y su batidita de hombros. La M le muestra la pechuga a la I como quien pone una bandeja de profiteroles en la vitrina de su pastelería, para que los pobretones se babeen. La M lo hace porque tarde o temprano, en algún momento, la única persona que no logra hacernos sentir atractivos es la propia esposa o el propio marido, y es bueno hacernos sal ante los ojos de una gallina extraña para reconocernos y sentirnos la propia sangre en el cuerpo así sea por un rato, por el tiempo que dura un guiño. Y en lo que la I responde y se "emociona" se vuelve L, porque la L luce como un sujeto priápico, como una letra I "encarpada". Cuando la M ve aquello sale corriendo convertida en letra F, que se ve como una mujer que escapa hacia la derecha con los brazos extendidos, demostrando que ella en verdad era puro cuento, puro "hot", que ella lo que estaba era jugando, y que mejor la L se pone a pensar en Joseph Ratzinger tomando un baño de asiento, o en los trámites para pagar el catástro, o en las ojeras de alguien llamada "Margot", para que se le baje "eso". Pero la L sigue encarpada. Morenito de Maracay no suelta las banderillas y dice que él también estaba jugando porque, precisamente, jugando la mete el perro. Así que la L y la F de MILF, juntas, semejan a un sátiro puyón y una mujer que huye. Son la parte final del cuento que empezó con el coqueteo de la M frente a la I. Si la L alcanzase a la F copularían formando una perfecta E. Supongo que habrá que decir entonces que la L persigue a la F "para hacerle el favor", porque la F está incompleta sin ese palito gozón que la L tiene allá abajo, y bueno, porque todo huevo quiere sal. No sé. Yo simplemente sé que evidentemente MILF es una palabra pornográfica porque veo a la F proferir un gritico, mientras la L le dice "¡Échame pelo pa'...!"