El color de la temporada

José Javier Rojas


Se lamentaban en la prensa española de hace un año los amigotes del alma, Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte, el que ya no haya mujeres como las de antes. De esas de bandera, de infarto, como Sofía Loren. La Loren, madre mía, la Loren. Basta con nombrarla. La nave insignia de esas estrellas italianas que de un pestañazo nos ponían a salivar y cuando nos apuntaban desde la pantalla con esos sostenes balísticos nos rendíamos en el sitio temblando de gusto. Pues me dirán con razón, y en dónde nos dejas tú a la Bellucci, imbécil (me dirán a mí imbécil, a Pérez-Reverte mejor no le digan nada, que se los casca). El artículo está disponible en su página, consultable aquí, a ver si se atreven a hacerle un desplante ustedes que los quiero ver. Hace poco, Don Arturo enderezó las alforjas en su columna y repartió leña salomónica a la otra mitad de elenco, faltaría más que no nos tocara nuestra merecida parte. No tanto para agradar a sus lectoras y hacerles justicia, que no es el de Cartagena señor de recoger velas para congraciarse con nadie, sino para insistir en el punto sin distraer a las señoras con el argumento falaz de misoginia y toda esa baba académica: amigos, el nuestro es un mundo chato, una época paleta, una cultura vulgar, crasa, cutre y cafre.

(Esto es lo que queda de Jenna)

No me vengan a mí con historias después de viejo. No me levanten el dedito mientras se comen culposos una arepa pringosa en la madrugada. Con un fariseo refresco light, eso sí, para mantener el tipo, porque hay cada iluso. Yo los conozco. Son todos monos. Todos. No que haya nada vulgar y craso en la arepa. Ni en el refresco, aunque sea light. Lo vil no está en la mesa, o en el servicio (aunque suela ser fatal) está en el comensal.

No hay atenuantes, ni salvavidas y mucho menos coartadas, por más que se elaboren y sofistiquen para distraer: tienen, tenemos, el alma cochambrosa y la mente pútrida. Los cables quemados. ¿Cómo lo sé? ¿Cómo me atrevo? Por su aspecto se delatan. Como los vampiros, que no se reflejan en los espejos, aquí la prueba del espejo es irrefutable. ¿Será por la pinta? ¿Será por el pelo? Por el Porno Look las conocerás. Se evidencian nuestros valores en nuestras prioridades, nuestras verdaderas primeras necesidades son una lipo, una mamoplastia de aumento, un batería de piercings al voleo y una miríada de hipodérmicas con botox que ríete de los cenobitas de Hell Raiser. Ya las adolescentes histéricas tienen el microchip activado por sus mayores y se quieren mutilar desde chiquitas. Tanto nadar en la emancipación de la revolución sexual para ahogarse en la orilla del Fashion Emergency y del Extreme Makeover.

(Esto es lo que queda de Jenna 2)

No hay que elaborar mucho más en el tema. Aunque sean Mantuanas Indómitas, Lúbricas y Fabulosas, aunque en el fondo quede un resabio humano de lo verdaderamente divino de ellas, al final siempre serán sólo unas cosas, unas acomplejadas MILF. Repito, no hay atenuantes, acaso más bien puros agravantes, porque hoy sabemos más y no podemos alegar inocencia o ignorancia. Lo peor de todo es que si ellas son hipersexuadas muertas vivientes, inexpresivas muñecas contranatura, nosotros somos por extensión y conclusión lógica los necrófilos que las deseamos y coleccionamos. Y exhibimos como trofeos, cuando al fin las conquistamos.

A eso hemos llegado.

Lo feo es bello. Muerto es el nuevo vivo.

George Romero, ora pro nobis.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero hacer una observación al artículo de este "señor" José Javier Rojas.

Leí los de Pérez-Reverte, ambos, el dirigido a las mujeres y a los hombres de esta época y debo decir que no hace falta hacerle ningún desplante. Fueron artículos críticos, con una nostalgia mordaz pero elegante y respetuosa, contrariamente a este J. Javier Rojas que no conozco (¿es este señor venezolano?), pues no veo un análisis inteligente acá. Aquí no hay ni siquiera misoginia. Aquí lo que hay es senilidad, ignorancia y anacronismo.

La "completa y profunda" conclusión del tema en el último párrafo es dirigida a las "cosas", como el "señor" llama a las mujeres que por una u otra razón recurren a la industria de la belleza. No es que yo esté de acuerdo con eso, reconozco lo detestable, pero me refiero a que la forma de su desagravio termina siendo peor de: vulgar, crasa, cutre y cafre que lo que él así califica.

Primero Sr. Rojas, ¿por qué va esto del extreme makeover y fashion emergency dirigido únicamente a las mujeres? cuando, -como usted mismo lo dice: en esta época no podemos alegar inocencia e ignorancia- ya sabemos que los hombres y los metrosexuales se operan el pene, la nariz, los pómulos, los biceps, los abdominales, gastan todo su dinero en productos fashion y pare de contar.

Segundo, ha visto usted las tribus donde la belleza femenina significa el largo extremo del cuello anillado con collares irremovibles?, ¿ha visto usted la "belleza" del tamaño del pie de las geishas?, Sabe usted que no puede comparar la cultura estética en Europa, Norteamérica y Suramérica? (suponiendo que usted sea de Suramérica).

Sabe usted que si antes no existían los embellecedores productos tecnológicos de ahora sí existía el maquillaje y bastante que se pintaban las caretas la Sofía Loren y las otras?

Tercero, ¿no se da cuenta que lo peyorativo de "cosas, hipersexuadas muertas vivientes, inexpresivas muñecas contranatura" no se compara con el picaresco "necrófilos que las deseamos y coleccionamos. Y exhibimos como trofeos, cuando al fin las conquistamos"?

Cuarto ¿está usted seguro que usted no es un viejo acomplejado?: lo natural es lo que sucede, así de simple. No corteje ni se case con una mujer fashion u operada, pero no descalifique de esa manera tan vacía y artificial.

Lo feo no es bello, lo feo es usted.

Anónimo dijo...

Olvidé mencionar una breve búsqueda en google de imágenes de Sofía Loren y demás de antaño y ver qué fue lo que quedó de ellas cuando ya eran mayores. Todas se parecen a la Jenna o quedaron aún más estiradas porque antes estas practicas eran más arcaicas.

Otra cosa para el administrador de este blog, por favor indíqueme el link de donde sacó este articulo pues me gustaría copiar esta respuesta en el lugar indicado directamente a este señor.
Muchas gracias

Los hermanos Chang dijo...

Este artículo fue escrito para esta revista. No ha sido sacado de otra parte, así que está respondiendo donde toca. La persona que la escribió le responderá por este medio en caso que desee hacerlo. Saludos y gracias por escribir.

Anónimo dijo...

muy bien, lo que importa es que lo lea, igualmente no creo que ese "señor" tenga algo más interesante, menos superficial y menos lugar común que todo lo que aquí expresó.
saludos y de nada.

Anónimo dijo...

Como no soy señora, por eliminación cartesiana debo ser señor. A menos que aceptemos la taxonomía oximorónica ad hoc que inventó la industria de la cosmética que no de la belleza, que no de la estética y jamás y nunca de la ética (que de ésa ni se compra ni se vende); y que el corresponsal indignado suscribe tan militantemente, pues se es una cosa u otra. Cosa, ontológicamente hablando.
Ignoro y no es pertinente el género o la orientación sexual del corresponsal que se ha tomado la molestia de molestarse conmigo. También es impertinente contestarle qué sello y escudo están en mi pasaporte, dónde están mis raíces, mis afectos y desapegos. Quiénes estaban en los cromitos de las paredes y cuáles mapas colgaban encima de los pizarrones de mis primeras aulas. O de si le voy al Atlético o al Real Madrid o al Caracas o al Magallanes. Si escribo de un lado u otro del charco, no creo que mis argumentos ganen validez circunstancial por la orilla en que me tocó escribirlos.
Agradezco haber seguido al pie de la letra mi punto de vista y recomendación inicial: para empezar, los argumentos del Reverte son siempre una maravilla que todos debemos leer con atención, y los míos, es cierto, que no hacen sino glosarlo de manera políticamente incorrecta, son en el mejor de los casos lugares comunes de mal gusto redactados a trompicones.
Sí soy feo, muy feo. Tanto, que no me he casado nunca. Vivo debajo de un teatro, solo salgo en las noches nubladas y toco un órgano de tubos... Sí soy viejo y acomplejado, o me siento como uno. Sobre todo cuando veo lo que la gente perpetra contra sí misma, sin ninguna necesidad otra que no le impoga la masa al individuo dúctil. En otros tiempos, esas mutilaciones serían motivo de alarma y desazón entre gente civilizada que se precie de tal, digamos, progresista. Hoy son otra razón para pedir un microcrédito al banco, endeudarse más y deber hasta la sombra. La nena necesita una lipo, o el nene necesita implante de cabello. ¿Qué hacer? No se hable más.
Los casos barbáricos que cita el corresponsal no pueden ser referidos como parte de la colorida diversidad cultural y multiétnica del universo humano que somos tal como no se le puede endosar con justicia al Islam las burkas atroces que padecen las mujeres afganas.
Lamento disentir, pero yerra miserablemente el corresponsal al tratar de ser políticamente correcto y venirme con la baraja del National Geographic y la madre de los lugares comunes de que la belleza está en el ojo del espectador y todo ése jazz. Acepto y encajo las críticas agradecido, pero vamos, que no, que es más de lo mismo: el poder del capricho de unos impuesto sobre los demás ya sea por fuerza bruta o por persuasión. No padece menos el esclavo que acepta alegre su condición.
El corresponsal recuerda con acierto el evidente triunfo del tiempo sobre la belleza. El tiempo todo lo vence. Quizás las prótesis sean la expresión de estos tiempos de nuestra ancestral aspiración de trascender y vencer al tiempo. Los egipcios y los olmecas nos dejaron pirámides. Nosotros dejaremos a la posteridad mucho plástico extra e intradérmico: hermosos cadáveres muy bien conservados por eones. ¡Caramba, éramos egipcios y no me había dado cuenta! Los arquéologos del futuro se devanarán los sesos sobre la utilidad ritual y el rango social de unas momias tales. Se preguntarán sobre nuestra cosmovisión, sobre nuestro sistema de valores y sobre las carencias de una sociedad que enterraba a sus muertos con tal cantidad de miembros artificiales...
Descalifico, no puedo negarlo, a los crédulos que tragan esto de que han decidido autoafirmarse (o reafirmarse) vía quirófano... acabo de ver al Doctor Rey, ése faro de la ciencia médica y de la metrosexualidad, diciendo en CNN que ya no usan tejidos de cadáveres para reafirmar los labios... y la cara de Ana María Montero era un poema... "ah, es que antes SÍ los usaban, qué cosas"...
Tiene razón usted estimado corresponsal, no tengo nada que decir diferente o mejor de lo que ya dije. Entonces lo reafirmo de puro terco. Nada que matizar en lo dicho. Las mujeres que se prestan a esto (véase Tabitha Stevens en Google) están mal. Los hombres que nos prestamos a esto, no estamos mejor, y cuidado si estamos peor.
El artículo no tiene que ver nada con el progreso de la ciencia médica y los avances que han devuelto la calidad de vida a mucha gente que necesitaba de intervenciones tales tras accidentes deformantes o malformaciones congénitas.
Yo estoy hablando de la gente que se ha tragado esta estafa agravada y prolongada en el tiempo y encima hace proselitismo para que más imbéciles se la traguen con gusto. Ahí está la miríada de avisos y realities, empujando a los lelos que creen que su autoestima se va a curar a cuchillazos.
Si lo ofendí, pues me alegro, porque creo que le estoy haciendo un favor, sea porque es un buen profesional que ha perdido el rumbo de su juramento primordial: "No hacer daño" o porque está a punto de lastimarse a sí mismo. La verdad duele, pero mucho menos que los postoperatorios de esas carnicerías fashion que han envilecido el término de cirugías plásticas.
De nada, amigo.
J.J.R.

Anónimo dijo...

Una última precisión a mi único y estimado lector:
Lo natural no es lo que sucede. El Holocausto sucedió. Hiroshima y Nagasaki sucedieron. Sabra y Shatila sucedieron. Ruanda sucedió. Darfur sigue sucediendo... No soy de aquí, ni soy de allá, no tengo edad, ni porvenir...
J.J.R.

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=8Mo6C6up1Qo


http://www.youtube.com/watch?v=n7smVybrmrE&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=0Vya2O-GePc

http://www.youtube.com/watch?v=1M_yQX2ZrtI&feature=related

Anónimo dijo...

de la boca de una de las víctimas:

http://www.people.com/people/article/0,,20236224,00.html

Anónimo dijo...

más evidencias:

http://www.monstersandcritics.com/people/news/article_1210433.php

Anónimo dijo...

Sr. J.J.R. a pesar de no estar de acuerdo en algunos detalles, no le discuto nada sobre sus respuestas ni sus videos /no pude leer los artículos en inglés pues aunque manejo otro idioma aparte del español, no conozco el inglés/ porque en la generalidad comparto su opinión, a pesar de sus petulantes ironías, poco consideradas, poco táctiles y políticamente correctas en la cabeza de aquellos superficiales que enjuician no los hechos sino las víctimas, como usted mismo las llama, en este asunto tan delicado, que muchas veces, si no es la mayoría, abarca mucho mas que el fashion o lo pornostar /no conocía a Tabitha Stevens/ y si no lo cree así, le recomiendo profundizar un poco más en sus lecturas sobre el ser humano en su contextoi /más profundo del territorial de Nacional Geographic/, sus procesos y etapas de desarrollo, entre otras cosas mejor aplicadas en el sicoanálisis de la genealogía y la cultura que aplicadas en la sicología malsana de la "autoestima se va a curar a cuchillazos". Mi intervención no era contra su "militancia", sino contra su forma.
Presiento que usted olió por algún lado mi condición masculina y si no, pues la reafirmo /sin rechazar la femenina que todo hombre que se precie de gente tiene/ y ni soy un "profesional perdido" ni un automutilador, pero fíjese hermanazo que tengo una esposa bellísima, inteligentísima y brillante que tiene un seno /para mi imperceptible/ un poco mas pequeño que el otro, además un poco caídos y me ha contado lo que siente cada vez que sin querer queriendo miro a una "mejor dotada" /así somos, mirones/. Me ha planteado lo de su "necesidad sexual" de operárselos y aprovechar aquella cirugía “tan suave” para “refrescar” los rostros de señoras con cierta edad que tanto se promociona. La persuado a que no lo haga, pero se que si yo no estuviera sino otro, ya lo hubiera hecho y estoy seguro que no por eso sería una "cosa, hipersexuada muerta viviente, inexpresiva muñeca contranatura", sería una mujer mas, natural, trabajadora, ama de casa, buena madre, inteligente, talvez víctima, mal informada y hasta engañada, de la cultura de estos tiempos. Yo la entiendo, por las presiones sociales y más porque sus familiares y amigas lo han hecho y las que no, quieren hacerlo, entonces he ahondado y constato que todo el problema es mucho más profundo que lo que usted cree. No todos viven en su privilegiada condición de meditabundo bajo un teatro, bohemio y caminante de calles nubladas y noveladas. No todo el mundo tuvo el privilegio de crecer estimulados por una cultura /familiar o amistosa/ intelectual, porque resulta que esa es la minoría venezolana y mundial.

Tampoco creo que sea pertinente agregar más a esta respuesta. Mi intervención no es para hacerlo cambiar de opinión y mucho menos elaborar un manifiesto realista contextual u "ontológico", como usted dice, y mucho mucho menos, darle publicidad a la cirugía plástica o cosmética /que obviamente también se ha convertido en una estética cultural, aunque usted asi prefiera no llamarla/, sólo era plasmar una breve invitación a revisar sus puntos, que aunque rechazada públicamente y a primera instancia /como todo "intelectual" que se respete/, espero que le quede en algún recodo de su interés, aún en su soledad investigativa y pensativa.

Entiendo completamente su inquietud pero no creo que usted ni "militantes" como usted, con este tipo de enjuiciamientos y artículos, hagan menos daño que un cirujano plástico de alguna manera. Ojalá y pueda ver usted sus formas y su también desviamiento ético y profesional.

Ellas y ellos están mal, como usted dice, pero revísese, usted y yo también lo estamos. El mundo lo esta.

Saludos señor.

pd, perdone los paréntesis //

Anónimo dijo...

Sr. J.J.R. permítaseme una última comparación. Muchos cirujanos plásticos y cosmetólogos pierden su rumbo y cuchillean a quien les pague porque talvez piensan que las mujeres /y hombres/ que acceden a sus servicios son "cosas, hipersexuadas muertas vivientes, inexpresivas muñecas contranaturas", entonces igual no les importa si lo hacen o no, al fin y al cabo, para ellos, estas mujeres /y hombres/ no son personas dignas de respeto. Son "zombies". Esa es su "militancia" y aporte al mundo, acuchillear los zombies para acabar con ellos y además, ganar dinero y éxito con esa genial labor.

Anónimo dijo...

verdad las muejres y las personas en general merecemos respeto señor Hitler ..o señor Castro chavez.. independientemente de las deciciones PERSONALES..

Anónimo dijo...

pura paja este post y pura paja de todos los comentarios pajosos todos